Otra semana más, y muchas tareas que completar con los chicos.
Cuando uno se acostumbra a su nueva rutina de trabajo, todo comienza a ser más ordinario. todo transcurre normal, ves a los mismos niños de siempre, las tareas tienden a ser repetitivas. En fin, las cosas dejan de ser menos excitantes.
Hasta que tienes que velar a los niños mientras estos se divierten. O cuando quieres que se unan a sus juegos.
Un ejemplo de ello fue cuando dos de los chicos a los que usualmente les doy tutorías se pusieron a jugar Mario Kart. Par mí, esto es algo normal pues a muchos les encantan esos juegos y el momento más bonito que me pasó con estos dos chicos fue cuando ambos estaban compitiendo entre sí y me preguntaron que qué era lo que debían hacer para que no les tiraran caparazones.
Bueno, normalmente una persona madura y adulta como yo diría que siguiera jugando normal y de la manera más justa posible. Pero como soy una fanática del juego y me encanta el nivel de competencia que hay en el respondí de la manera más infantil que se puedan imaginar. En ese momento pensé que los chicos me mirarían con una cara extraña y se alejarían de mí.
Pero ocurrió lo contrario. Ambos chicos respondieron de la misma manera y siguieron jugando con mucho más ánimo que antes. Todo esto teniendo como resultado un rato muy divertido entre tutora y estudiantes.
En fin, hoy comienzo una nueva semana con estos chicos. Veremos como sobrevivo a ellos.
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