Han pasado días, semanas, meses y mi itinerario ha cambiado drásticamente. Antes mendigaba una presentación de apenas cinco minutos en cada esquina. Ahora no tengo tiempo ni de respirar.
No es que me moleste pues mi "Ñi... ñii... ñiii", se ha vuelto un gran éxito en mi carrera musical. Todos hablan de mi presentación a todas horas, especialmente durante la mañana del día siguiente.
Como todo en la vida, hay reacciones diversas sobre mis presentaciones. Unos las adoran de lejitos mientras que otros las odian hasta más no poder. Pero eso no importa pues al final todo siempre, siempre, siempre terminan haciendo el mismo ademán con la misma fuerza y emoción que la primera vez.
¿Lo bueno de esto? La gran propina que recibo luego. muchos litros de vino intenso como la llama que derrite el alma. Unos son de mejor calidad que otros,pero al fin y al cabo vale la pena.
Se acerca una presentación, iré hacia mi nueva audiencia con mi instrumento en mano. Estoy listo para deleitar al público con mi grandioso...
"Ñii...ñii...ñiii".
Comentarios
Publicar un comentario