Hoy comienza la tercera semana de trabajo y debo decir que ya se va sintiendo la carga académica que tanto los chicos como yo tengo que lidiar. Sí, los chicos llegan cada día con más tareas, cuentos que leer, palabras que practicar y oraciones que escribir.
Verán a principio todo parece ser muy llevadero pero todo se vuelve mucho más retante cuando los chicos no quieren hacer las tareas. Ellos siempre llegan muy emocionados porque finalmente lograron salir de esas cuatro paredes llenas de pizarras, mesas, pupitres y libros... hasta que tienen que enfrentarse ante una tutora como yo para hacer las tareas y repasar sobre todo lo que tuvieron que aprender al día.
Ya pronto se acercará la temporada de exámenes lo que significa que habrán más trabajos que hacer con los chicos. Claro, esto no significa que pasen cosas realmente graciosas mientras uno trabaja con ellos. Como los chistes de niños que ellos dicen entre risas, o las preguntas muy inocentes que me hacen con tal de conocer y saber un poco más de mi vida fuera del período de tutorías.
En fin, ya veré que pasará durante esta semana cuando me reencuentre con estos chicos.
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