Hay veces en las que uno tiene esas ganas de hacer todo y de no hacer nada a la misma vez. Eso me pasó durante esta época navideña. Una parte de mí quería parrandear hasta más no poder mientras que la otra parte solo quería quedarse en casa sin hacer nada.
Como resultado, tuve unas navidades distintas. Definitivamente la falta de servicios básicos tales como la luz y el agua han sido el factor detonante para que las navidades de muchas familias puertorriqueñas fueran trastocadas.
Súmenle a esto la falta de seguridad en las calles (ahora llamado el "Blue Flú"). Este simple detalle ha creado un alza no sólo en la criminalidad de el país, sino en la cantidad de accidentes de tránsito. También ha creado indirectamente una especia de toque de queda en cada una de las casas. ¿Por qué? Pues si usted es de aquellos que no tienen luz y encima de eso no tienen una planta eléctrica se le haría difícil realizar la tradicional fiesta de Noche Buena (24 de diciembre), o de despedida de año (31 de diciembre), o de víspera del Día de los Reyes Magos (5 de enero).
La falta de luz en los hogares y al ausentismo de los miembros de la policía en plenas navidades,a la larga, no hace una buena combinación.
Esto es sin contar con la fallida campaña de "Cero Balas al Aire", cuyo propósito es crear consciencia sobre el incurrir en esta práctica y poner en riesgo la seguridad de miles de personas durante la noche del 31 de diciembre.
Sí, aunque esta campaña lleva años en los medios el resultado de la misma es casi nulo; pues este pasado 31 de diciembre de 2017, muchas familias puertorriqueñas recibieron el tan esperado 2018 dentro de sus casas y con temor a que sus vidas y la de sus familiares terminaran en ese instante.
¿Qué está pasando en el país? Predicamos la moral para una cosa pero hacemos todo lo contrario. En Puerto Rico hay que hacer muchos cambios, pero todos tenemos que poner de nuestra parte. Sino, ¿De qué valdría?
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