¡Llegó el 2018!
Sí, pensé que nunca llegaría pero aquí está. Un nuevo año lleno de muchas posibilidades y de muchos retos. Entre ellos el regreso de mis casi tres semanas de vacaciones para brindar mi servicio de tutorías a niños de escuela elemental.
¿Emocionante no?
En realidad tengo sentimientos encontrados sobre ello. Una parte de mí se negaba (y aún se niega) rotundamente al tener que lidiar con niños de distintas edades para hacerlos realizar sus tareas de la escuela. Pero por otro lado, muy dentro de mi ser sentía que era necesario regresar a la rutina.
Tal vez esto me ocurra por ser una adicta al estar siempre haciendo algo, o porque siempre he estado trabajando con niños o simplemente en dar un buen servicio al cliente dirigido a ese tipo de audiencia. O simplemente por no tener que estar en mi casa sin hacer nada y para colmo sin servicio de energía eléctrica. Eso no la hace. Pero a pesar de todo, creo que esto es na nueva etapa que debo aprovechar y disfrutar al máximo.
Aunque en realidad debo admitir que extraño verle las caras a algunos de mis chicos y reírme de sus ocurrencias. ¡Uy! Me estoy encariñando con ellos. Pero pues, veremos que pasa en esta primera semana de regreso a clases.
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